El volver de septiembre es duro. El volver de septiembre tras una baja maternal de autónoma es bien bien duro.
Estoy en proceso de desprenderme del óxido que me ha cubierto los últimos meses. Una capa, que aunque fina, no deja verme del todo a mi misma. Es pesada, ralentiza los reflejos y el márgen de maniobra. No es algo que sucede por tener que llevar un bebe a cuestas, es una afección más interna.
Ser madre es maravilloso, todo es muy instintivo, brutal. Durante un tiempo vuelcas todo tu energía en tu bebé y solo te importa que se desarrolle como Dios manda. Pero pasan las semanas y poco a poco esa capa se va formando. Y aunque, por un lado, me siento muy en conexión con la faceta de mamá leona, por otro lado me invade una gran sensación de desubicación y desconexión con la realidad a la que estoy acostumbrada. Echo de menos momentos personales como salir al cine y a cenar con mis amigas, pero sobre todo mi lado profesional.
¿Soy la única? ¿O también os habéis sentido así?
Y es que tras 16 semanas (y alguna más) out of service, la cosa ya no es volver tal cual, sino que hay que reconstruir y empezar de cero. Como autónoma, yo no tengo un puesto de trabajo fijo al que volver, solo un millón de posibilidades que explorar. Para eso necesito reunir una gran cantidad de fuerza e inspiración.
Escribir y compartir con vosotros todo esto que me sucede es el punto número uno de la lista de cosas que propulsan este proceso. Como tomar camino sobre un puente invisible que une mi vida de postparto con mi vida como mamá «en activo». Engancharme y subirme de nuevo al carro.
Además, resulta que es algo reiterado que ya me ha ayudado antes, porque hace menos de 24 meses os contaba los hábitos que había instaurado en mi vida para recuperar el control tras ser mamá (esta vez de Emma, mi primera hija). Y aunque resulte repetitivo volver sobre ello, este blog siempre prefiere ser menos SEO y más humano.
Para mí escribir es la mejor manera de encontrarme y conocerme, así que aquí voy con otra versión de vuelta, que como cada embarazo, cada parto, cada maternidad y cada hijo, siempre es diferente de los anteriores… ¿No os parece?
1. Ya llevo un tiempo con la rehabilitación de suelo pélvico.
¡De nuevo la Doctora Morales me dio las mejores pautas para conseguirlo! Una vez lista quiero recuperar mis tablas de Pilates y lanzarme con el pádel. Hace unos meses que os contaba la tabla de ejercicios de preparación al parto que me había enseñado, que me ayudaron muchísimo a llevar un embarazo saludable.
2. Igual que escribir, necesito volver a leer.
Con un bebé dentro de la habitación ya no es posible dedicar tiempo a la lectura como más me gusta: en la cama y antes de dormir. Pero ya he ido sacando algún que otro ratito para empezar alguna novela que tenía pendiente. Además, seguramente vayamos a sacar de nuestra habitación ya la minicuna y pueda recuperar ese super momentazo al cien por cien.
3. ¡En busca de trabajo!
Ahí estoy volcada. Mis primeros ratos libres están siendo destinados a eso…Carmela a veces no da cancha, pero muy pronto espero tener más tiempo.
4. Voy a terminar de restaurar las sillas y mesa de comedor.
La semana antes de dar a luz a Carmela les di un buen empujón, pero aun están a medias. Echo tanto de menos recuperar muebles… Para mí es esa afición en la que te vuelcas tanto que pierdes la noción del tiempo.
5. He planificado ya el contenido del blog para septiembre y octubre.
Me gustaría ser un poco más seria en este sentido y saber con antelación los temas que voy a tratar para prepararlos con tiempo. Tener bien alimentado este sitio es prioridad absoluta para estar centrada y sentirme que no dejo de rodar. ¡Igual haré con mi web profesional!.
6. Check list de tareas semanales.
Mi cabeza se estructura mejor en semanas, así que suelo apuntar bien claras las cosas a las que deseo dedicar mi tiempo y necesito acometer. Ahora que no todavía no estoy al cien por cien volcada en los profesional, las tareas personales y profesionales se mezclarán. Más adelante, las separaré.
7. Tiempo con ellas.
Con Emma y Carmela, claro.
Mi parte personal y profesional es tan importante para mí porque en realidad es la condición necesaria e indispensable para sostener lo que más me importa, mi familia. Así que en realidad, este volver, DESOXIDARME, no es más que otra etapa más en el camino de acompañarlas, siempre con mi mejor versión.
PD: ¡La mochila es de Albero en Cartagena!