No soy SEO

No soy SEO

 

Me repito como el ajo. Virus, viajes y más virus que alteran nuestra rutina. Incluso creo que ya he comenzado así algún que otro post anterior… Ya ni hablo de redes sociales, porque parece que últimamente siempre me quejo de lo mismo.

Y que le vamos a hacer si es nuestra realidad. Si aunque comenzara el nuevo curso llena de buenas intenciones y toda la fuerza del mundo para enfrentar una vuelta al mundo laboral tras la maternidad, la cosa se ha desviado un poco. Si aunque tuviera un buen acopio de temas para el Calendario de Contenidos de Antojada por Vocación, mucha ilusión y todo el subidón creativo para desarrollarlos, no ha podido ser hasta ahora.

Estoy en ese momento personal en el que la mayoría de las veces me siento sumergida hasta arriba en el fango. Porque últimamente siempre había algo que se salía de la norma y jamás había tiempo ni espacio para afrontar mis objetivos profesionales y personales. O algún miembro de la familia estaba enfermo, o había viajes que obligaban a que yo tuviera que buscar cobertura extra en casa por unos días, o incluso era yo misma la que hacía las maletas. Las lavadoras, los cuidados a los enfermitos, sacar al perro, la compra y la limpieza priorizaban sobre todas las cosas.

Un momento clave que en realidad me he concedido vivir yo misma. Porque mi situación me lo permite, pero sobre todo porque yo he permitido esta situación:

P O S T P O N E R.

 

Las últimas semanas he post puesto casi todos los qué haceres que tenía planificados para alcanzar mi deseo de volver a trabajar porque me necesitaban.

He comprendido que en esta vida los seres «planificadores y controladores» se ven totalmente desbancados por los «flexibilizadores». Por lo tanto, he mutado, por necesidad y convicción de que esta especie va más con la clase de padres  que nos sale ser.

Aunque reconozco que no siempre renunciaba con una sonrisa y si maldiciendo. Asumo que en realidad mi calendario se había encogido al tamaño de un guisante y la supervivencia doméstica era mi verdadero reto. El instinto, que nos puede.

 

También me repetiré cuando os digo que el único y principal objetivo de este blog siempre ha sido el autodescubrimiento y el desarrollo personal. Un sincero reflejo de lo que soy y del momento que vivo. Seguramente la herramienta más valiosa con la que cuento para conocerme y encontrarme. Escribiendo sobre lo que vivo, cómo lo veo y lo siento todo cobra sentido. Y lo recuerdo así desde que era enana. Gracias a los cuadernos y diarios llegaba mejor a conclusiones y reafirmaba mis pensamientos.

Por eso, porque es un proyecto 100% muy personal, más que nadie, Antojada por Vocación entiende y asume sus propias idas y venidas.

 

Aunque os cuento que escribir también se ha convertido en una de mis fortalezas profesionales por la que me pagan. Y cuando hablamos del marco laboral, el ritmo de escritura debe ser totalmente diferente. Asumir un compromiso supone cumplir plazos de entrega y garantizar una calidad para llegar a unos objetivos.

Aquí el calendario de contenidos de un blog no se debería flexibilizar tanto. De igual manera que es bien interesante escoger la los temas y realizar una redacción pensando estratégicamente en conseguir un buen posicionamiento en Google. En resumen, ser lo más SEO posible.

 

Bla, bla, bla… Es lo que tiene dejar de contaros cosas por un tiempo, que luego te pones y hasta que llegas al meollo tardas un poco. Caminas en círculos hasta alcanzar el epicentro, que en realidad se resume a este último párrafo.

 

Cuando por fin llegó noviembre y todos los viajes y virus desaparecieron y tuve tiempo otra vez, fue precisamente escribiendo un post sobre cómo realizar un calendario de contenidos para mi página profesional, cuando toda esta reflexión llegó a mí. Cuando me di cuenta de que mi casa, mi familia, mi espacio y mi blog personal (este blog) eran en realidad bastante de lo mismo. Muy yo, y nada SEO.

Que no sucedía nada por post poner y dejar de escribir por un tiempo porque mi propio yo así me lo pedía y sentía. Que la estrategia SEO nunca ha sido compatible con las reflexiones ni las bajas maternales, y por lo tanto tampoco conmigo. Que, en definitiva, tenía que dejarlo fluir. Y que si algún día dejaba de escuchar esa voz interior, me alejaría de lo que en realidad soy y este espacio ya nunca más tendría sentido.

 

PD: En la foto, Emma y sus coletas, durante una sesión familiar para conseguir un retrato familiar decente para la guardería. Nada medida ni pensada. Ella no está lo suficientemente en le centro ni tampoco alineada como la teoría de los tercios aconseja. Es tan poco SEO como este post, este espacio y yo hoy.

 

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